ANALISIS DEL CLASICO. FC. BARCELONA 5 REAL MADRID 0


IMPERIAL BARCELONA, MAGISTRAL GUARDIOLA.


El planeta entero esperaba el primer envite entre los dos supuestos mejores equipos del mundo y muy pocos podían esperar lo que se vio en el césped del Nou Camp. Vimos un Barça arrollador, demoledor, con una capacidad de definición extraordinaria y en el que su entrenador, Pep Guardiola, tuvo una lectura perfecta del rival. Analizamos el Clásico español desde el punto de vista del ganador, un Barcelona que humilló de manera sonrojante a su rival. Pero antes haremos una reflexión sobre el R. Madrid. Le queda mucho todavía al equipo de Mourinho para ser ese equipo tan vanagloriado por la prensa. Habrán muchas lecturas del partido, se hablará de mal encuentro de Marcelo-dentro del desastre madridista no fue el peor, aunque si fue trascendente-, incluso se ha podido leer que la clave estuvo en la falta de agresividad. Las razones para el resultado de ayer son mucho más tácticas y de configuración de la plantilla que cuestiones de actitud. No se dejen engañar, “The Special One” todavía no tiene el equipo competitivo que tanto pregona la prensa madridista. Este Madrid tiene fisuras y estas aparecen cuando la competitividad se eleva al máximo, cuando el rival está súper y tiene una lectura amplia del funcionamiento colectivo del cuadro merengue.                                                                                       

El resultado fue consecuencia de la gran lectura de Guardiola de los problemas madridistas, más el nivel de activación y velocidad de circulación de balón de un equipo que llama a la leyenda. Y no lo hace sólo por los títulos que pueda ganar, que han sido y serán muchos, sino por las victorias tan espectaculares que ha conseguido en batallas parciales.

MUCHOS ESPERAN VER CAER A MARCELO, EXCEPTO GUARDIOLA
La debilidad de Marcelo estaba en entre dicho antes del partido, muy posiblemente se esperara que Alves+ Pedro+ Xavi trabajaran en ganar la espalda del lateral brasileño. Sin embargo Guardiola eligió otro blanco para machacar al R. Madrid. El elegido fue Sergio Ramos, auténtica víctima de este partido, más allá que Marcelo fuera sustituido y trascendental con sus errores en alguno de los goles. El lateral diestro madridista sucumbió ante la pareja Iniesta-Villa, jugó casi siempre en inferioridad. Incluso tras el 2-0 y con cambio táctico del R. Madrid, Ramos siguió siendo el objetivo.
Pero empecemos por la actitud defensiva del Barcelona y su posicionamiento en salida de balón. Vimos a un Barça enorme en la presión, no dejando salir al Madrid de manera limpia en casi ninguna ocasión, Casillas era la salida natural-más bien antinatural- y sin un hombre de potencial en el juego aéreo el equipo blaugrana recupera pelota con facilidad en campo propio, si la presión no conseguía un robo en zonas comprometidas.

 Defensa de tres en salida de balón para superar la línea de presión madridista, más Xavi y Busquets por delante. Xavi comienza el partido iniciando el juego para terminar finalizando las jugadas, con un recorrido brutal. Gran partido del de Terrasa, menos trascendente en la gestación que en otras ocasiones, pero definitivo en salida de juego y finalización. Suyo sería el primer gol. La segunda variante táctica importante pasaba por cerrar la salida a la contra de Cristiano Ronaldo. Para ello siempre se queda el lateral de su lado y Piqué juega a banda contraria para cerrar la subida de Di María, actuando como falso lateral. Piqué está superior a Puyol en velocidad y lectura del corte para poder jugar en igualdad numérica, mientras que al capitán blaugrana le tocaba hacer ayuda y cobertura al lateral que cierra a Ronaldo. Evitar pérdidas en la salida de balón, asegurar una circulación fácil en mediocampo y no permitir ventajas a Ronaldo eran las claves defensivas de Pep para este partido, así como hacer que el partido se jugara en campo madridista la mayor parte del tiempo.
 Para ello el Barcelona renuncia a jugar con un delantero centro puro, Pedro y Villa parten muy abiertos, con mayor tendencia del primero a jugar por dentro, con el segundo como extremo puro. Por delante de Xavi, dos interiores, Messi e Iniesta. Ronaldo parte de salida como extremo derecho, por lo que la posición de Iniesta y Villa marca el desarrollo del partido. El Barça vuelca de forma mucho más intensa su juego a la banda de Ramos que se ve siempre atacado por dos jugadores, Iniesta en posición de interior y Villa en posición de extremo.

 Messi nunca actuó como delantero ni como finalizador, su función era sumar un efectivo más, junto a Iniesta y Xavi en mediocampo y generar superioridad. El primero tenía la misión de acompañar a Villa para desbordar a Ramos y el segundo, más que organizar, en ataque buscaba la llegada. El argentino era el principal canalizador de juego, bien entre líneas o por delante de los mediocentros del Madrid. Su presencia intimida y obliga a las ayudas de los centrocampistas para cerrar su conducción. Desde esa condición, el espacio a la espalda de Khedira es el hábitat de Iniesta para acompañar a Villa. Pedro aparece en posiciones centrales para arrastrar a Pepe y permitir a Iniesta recibir.
 Si Iniesta cambia de posición, no hay problema. El Barça tiene una obsesión, esta se llama Ramos. Su sitio lo ocupa Messi, con la idea siempre de base de atacar el lado derecho del R. Madrid
El primer gol nace de ese automatismo. Messi organizador, Pedro arrastrando a Pepe, con Iniesta+ Villa pudiendo jugar 2x1 frente a Ramos. Xavi aprovecha la ausencia de vigilancia para llegar de segunda línea. El Madrid hace aguas al ver que no tiene argumentos defensivos para cerrar el juego de Iniesta, e incluso Carvalho se acula y Marcelo falla al cerrar. Todo es un despropósito que nace desde la superioridad posicional del Barcelona en mediocampo, donde siempre tuvo un mayor número de efectivos.
 El segundo gol se gesta igual, buscando la superioridad numérica de Iniesta y Villa contra Ramos. Villa juega de extremo izquierdo pegado a la cal toda la primera parte y la ausencia de repliegue de Ronaldo y de Özil hace que el Madrid no pueda cubrir todo el ancho del campo. Después Marcelo regala su espalda para la llegada de Pedro. La ausencia de ayudas a Ramos más los problemas defensivos de Marcelo al cerrar le cuestan dos goles al R. Madrid. El Barça sabe cómo se gana este partido, atacando a Ramos para finalizar por Marcelo.
 Mourinho trata de reaccionar ante el agujero que le ha supuesto la ausencia de ayudas a Ramos. Cambia de banda sus extremos, ahora Di María cerrará la banda derecha y Ronaldo parte desde la izquierda. Guardiola reacciona ipso-facto, cambio de posiciones de los centrales. Piqué juega en el lado opuesto a Cristiano para cerrar como lateral y Dani Alves se aventura menos en ataque. El lateral que tiene la premisa de atacar siempre es el del lado contrario a donde caiga Ronaldo. Las bases son dos. Otorgar espacio a Piqué para sacar el balón y asegurar la amplitud del campo con el lateral de ese lado en ataque.
 Este cambio no supone nada para el Barcelona en cual es el perfil que quiere castigar. Pese a que Marcelo ahora no tiene las ayudas de Di María, Pep sigue manteniendo el guión. Su obsesión es machacar al R. Madrid en banda derecha, independientemente de la posición del extremo que ayuda-siempre el argentino-. Abidal se suelta y hasta el minuto 20 no lo observamos llegar ¾ de campo. Iniesta y Villa no pierden su posición ni rol y, aunque en el lado opuesto aparezcan los espacios, la víctima total y absoluta para Pep ayer es Ramos.
 EL DESEQUILIBRIO DE RONALDO, UN PROBLEMA RESUELTO PARCIALMENTE
Obtenido el rédito ofensivo buscado, con la constante intención de volcar el juego a la banda derecha del R. Madrid, al Barça sólo le quedaba por controlar la ofensiva madridista. Y a fe que lo hizo bien, salvo en dos ocasiones. En estas situaciones Ronaldo es el hombre clave del Madrid. En la primera aprovecha una salida de Abidal al ataque para lanzar el contragolpe, para después doblar pase a Di María. En un partido de tan alto nivel, permitir esas ocasiones puede llevar a un marcador no acorde con lo visto en el terreno de juego. El Barça, después de esto, corrige ese problema latente.
 Ese aspecto no se vuelve a repetir, Guardiola impide la salida del lateral donde cae Crisitiano. La segunda surge por una salida del guión establecido. Alves sube y Piqué cierra como lateral, pero Ronaldo no se queda en su perfil. Tira una diagonal sin balón de lado a lado aprovechando que han salido de la jugada los dos hombres de esa banda.
 Desde ahí filtra un pase a Benzema que Abidal salva in extremis. Visto esto, no se entiende como el R. Madrid no utilizó más este automatismo, el único que le creó problemas defensivos al Barça.
MESSI+ VILLA, LA CONEXIÓN DE LA SEGUNDA PARTE
Desbordado como se ha visto en la primera parte, Mourinho modifica su once. Entra Lassana Diarrá, para muchos en un cambio de talante defensivo. Nada más lejos de la realidad. Su entrada permite una presión más adelantada y obliga, con la presencia de dos extremos puros en Di María y Ronaldo, a que los laterales del Barça no puedan tener las aventuras ofensivas de la primera parte. El cambio es ofensivo pero no tiene el efecto deseado. Messi como pasador y Villa con sus desmarques al espacio matarán al Madrid en la segunda parte.
 El partido se hace más homogéneo, no hay tantos espacios para Iniesta. Y ahí crece Messi, como 10, como organizador, como asistente y como conductor. La atracción que origina hace que los tres mediocentros busquen cerrar sus líneas de pase. Villa pasa a actuar en ataque como delantero centro, para ubicarse en izquierda sin balón y en repliegue. Busca siempre el espacio entre Ramos y Pepe y allí los machaca a ambos con su velocidad y su desmarque de ruptura.
 El tercer gol se origina así, Messi recibe por delante de los mediocentros, desborda y filtra el pase interior para la ruptura de Villa entre Pepe y Ramos. Siempre los mismos automatismos y siempre con resultados. Guardiola constata una y otra vez donde está su víctima en este partido, el carril entre Pepe y Ramos es su vía de penetración preferida.
Para finalizar de castigar a Ramos, Messi vuelve a encontrar a Villa. Esta vez la jugada es una contra, el “Guaje” parte desde la izquierda y busca la ruptura a la espalda de Ramos, en lugar de en posición más interior. Si el Barça no tiene la pelota, Villa sigue intimidando a Ramos como extremo, con ella pone en zozobra tanto al lateral como a Pepe.
A partir de ahí, con 4-0 en el electrónico, el Barça se dedica a cuidar la posesión, evitar pérdidas y quizás a humillar más a un R. Madrid que no consigue recuperar ni un balón. Los de Pep convierten el partido en un rondo y sólo la salida de Jeffren y de Bojan le vuelven a dar profundidad al ataque blaugrana. Estos quieren más, quieren hacer gol y el quinto llega para éxtasis catalán.

LAS CONCLUSIONES
La humillación recibida por los madridistas es enorme. La distancia mostrada por los dos equipos siderales. El Madrid abre una puerta muy peligrosa, su “supuesta” fortaleza defensiva ha quedado completamente en entre dicho. Pep ha mostrado cuales son las vías para poder derrotar a este Madrid, siempre hablando en términos de equipos de nivel 9-10, aquellos con los que se disputa la Champions. Los entrenadores de los principales aspirantes a la Liga de Campeones ya tienen argumentos para pelear contra el equipo de Mourinho, llevado a terrenal tras este partido, y subir el estado anímico de sus jugadores en un posible enfrentamiento contra los blancos. Un repaso de este calibre tiene muchas más consecuencias de las esperables a corto plazo.
Por el contrario, el Barça hace acrecentar su leyenda. Juega bajo sus parámetros básicos pero demuestra una flexibilidad enorme. Sabe leer los déficits del contrario y no juega con las mismas variantes siempre, como vuelve a demostrar en el partido de ayer. Como titulamos, Imperial Barça, magistral Guardiola.
Este equipo es de otro planeta.